Me siento vacía, siento que la alegría de la que hasta hace poco se alimentaba mi fuerza vital se ha ido agotando, hasta la esperanza que era mi último recurso, se agotó.Al igual que se ha ido agotando todo desde que empezó esta interminable agonía.
Me ahogó. Me hundo y me ahogo sin saberlo en este vaso de agua, me he olvidado de nadar si es que alguna vez supe hacerlo, y no puedo tocar fondo.
Cada fracaso es un poco de oxígeno menos. Fracasos que están acabando con mi vida, mi tan preciada vida.
"Sssh", una voz me llama. Agudizo todos mis sentidos y me pongo alerta; "sssh", vuelve a llamarme; "no has fracasado, has aprendido a no volver a fracasar", susurra. De repente, me siento llena, siento que mis energías se vuelven a activar, con mis pies puedo tocar al fin el fondo, necesito erguirme, tomar impulso y...
...ya estoy fuera, vuelvo a respirar, escupo el agua que se había acumulado en mis pulmones.
Me siento libre, llena de vida.
He vuelto a nacer.
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