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viernes, 13 de enero de 2012

La península, de Julien Gracq. Crítica.

Hace tiempo que cayó en mis manos gracias a Nocturna Ediciones, El rey Cophetua, el primer relato sobre la espera de Julien Gracq. Afortunadamente para mí, esta misma editorial ha publicado La península, el segundo relato sobre este tema.

LA PENÍNSULA
Julien Gracq

Estamos ante el segundo texto del autor francés que trata sobre la espera. Un autor que cambia así el mundo de la escritura, pues estamos acostumbrados a que la espera no sea narrada. Constantemente leemos fórmulas del tipo: "Después de unas horas, él llegó" o "Al pasar la noche..." y obviamos ese tiempo que ha pasado. Sin embargo, Julien Gracq hace de ello un gran relato.
En este caso, y a diferencia de El rey Cophetua - la otra novela sobre la espera- Simon está esperando a su amada, Irmgrand, sin embargo, ella no llega en el primer tren tal y como hacía advertido. Él decide esperarla hasta el tren de la noche y mientras va a ver el mar. Esto llevará al lector a un viaje por pueblos franceses con nombres inventados que hacen referencia a lugares reales. Un viaje no solo físico sino también por los pensamientos del actor, sus emociones y sus recuerdos.

Lo más destacable son las descripciones que abundan por doquier en el relato, al contrario que otros autores que las obvian haciendo el relato más rápido. Julien Gracq quiere que nos demos cuenta del tiempo en el momento de la espera. Al leer el relato y gracias a dichas descripciones, el lector verá lo que el personaje ve, lo que el personaje huele, lo que el personaje siente y recuerda...

Personalmente prefiero La península a El rey Cophetua, pues la escritura es más sencilla y más directa al lector. Sin embargo, es indudable que cualquiera de las dos novleas es una gran obra y son imprescindibles para cualquier lector que se precie.
Por tanto, recomiendo degustar su lectura al igual que se degusta el buen chocolate o el buen café, lentamente.

8'75


lunes, 11 de octubre de 2010

El rey Cophetua, de Julien Gracq

"Cuando rememoro la época en que se acaba mi juventud, nada me parece más opresivo, más pertubador, que el recuerdo de los meses en que maduraba, sin comprenderlo aún, la resolución de la guerra de 1914..."

Ficha técnica:
Título: El rey Cophetua
Autor: Julien Gracq
Traducción: Jesús Ferrero
Fecha de publicación: 11-10-2010 ¡¡HOY!!
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 112
ISBN: 978-84-938013-0-4
Colección: Noches Blancas, nº 4

El protagonista de El rey Cophetua, un soldado sin nombre que resultó herido en la Batalla de Flandes, inicia El rey Cophetua al rememorar el otoño de 1917 en Francia, justo antes de que la guerra llegase a su final. Es el día de Todos los Santos. Mientras el personaje viaja desde Paría a Braye-la-Forét para visitar a Nueil, un viejo amigo, evoca todos sus recuerdos de la guerra, los bombardeos y el dolor. Entretanto, piensa en su amigo: se pregunta por qué lo habrá llamado y, al mismo tiempo, desea verlo. Pero cuando finalmente llega a la villa de Nueil, este no está. En su lugar lo recibe una doncella, también sin nombre.

Opinión personal:
La belleza de esta obra radica en el estilo de escritura del autor. Las descripciones, totalmente detalladas, hacen de un relato como éste una obra de gran belleza.
La historia en sí es simple, un soldado anónimo que va a visitar a un amigo, mientras rememora los recuerdos de la guerra, pero su amigo no ésta y aparece una doncella también anónima. ¿Quién será esa mujer? ¿Cómo se llama el soldado? Pero el amigo no aparece y hace que el lector se pregunte: ¿Dónde está? ¿Qué le habrá pasado? Mientras el narrador, ese soldado sin nombre, va describiendo todos los detalles de la estancia en la que le toca esperar, hasta el cuadro de El rey Cophetua, y todos sus movimientos y acciones. Y la obra acaba, y el lector se queda con ciertos interrogantes en su cabeza, que nunca serán resueltos.
El autor narra genialmente un tiempo de espera, y esa es la belleza de la obra, así de simple.


Julien Gracq nació en Saint-Florent-le-Vieil en 1910 como Louis Poirier, se licenció en Ciencias Políticas e impartió Historia y Geografía en diversos institutos franceses. En 1937 se afilió al Partido Comunista Francés, aunque dos años después lo abandonó debido al pacto germano.soviético. Ese mismo año conoció a André Breton y a los surrealistas, lo que posteriormente influiría en el estilo de sus obras.
Durante la Segunda Guerra Mundial, estuvo cautivo como prisionero de guerra en Silesia con otros oficiales de la Armada Francesa, entre los que destaca el escritor y crítico literario Armand Hogg, con el que luego iniciaría una duradera amistad.
Algunas de sus novelas son En el castillo de Argol (1938), El mar de las Sirtes (1951), novela por la que recibió el premio Goncourt (premio que rechazó), y Los ojos del bosque (1954). También publicó ensayo, además de teatro, crítica literaria y diversos artículos. Murió en Angers en 2007.


Puntuación general:

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